Soy prisionero de la entraña negra
de estos muros sin rostro en donde escucho
los pasos sin sonido de las horas.
Pienso, respiro, palpo.
Sueño en sueños que quisiera soñar.
Cierro los ojos para mirar mejor.
Abro la mano y oprimo mi otra mano.
-”No estoy muerto”.
Sobre mi piel la soledad resbala
y me dice al oído: -”No estás solo”.
de estos muros sin rostro en donde escucho
los pasos sin sonido de las horas.
Pienso, respiro, palpo.
Sueño en sueños que quisiera soñar.
Cierro los ojos para mirar mejor.
Abro la mano y oprimo mi otra mano.
-”No estoy muerto”.
Sobre mi piel la soledad resbala
y me dice al oído: -”No estás solo”.
Mi lecho es un regazo que atesora
mis friolentos recuerdos que recuerdan
y los cubre con roces tropicales.
mis friolentos recuerdos que recuerdan
y los cubre con roces tropicales.
Pienso, respiro, palpo.
Casi duermo sin poderme dormir.
Me quedo quieto en mi nido de sábanas y suelto
mi muscular engrane.
(Siento alivio al desatarme de mi propio cuerpo.)
Casi duermo sin poderme dormir.
Me quedo quieto en mi nido de sábanas y suelto
mi muscular engrane.
(Siento alivio al desatarme de mi propio cuerpo.)
A mi lado soy yo sin ser yo mismo.
Una mortaja de negrura absorbe
mi yacente silueta pensativa
y nos nace un idilio de silencios.
Una mortaja de negrura absorbe
mi yacente silueta pensativa
y nos nace un idilio de silencios.
No alcanzo a comprender cómo es posible
que yo sea un extraño que contemple
la muerte en vida que en mi sangre corre.
que yo sea un extraño que contemple
la muerte en vida que en mi sangre corre.
No hay ley de gravedad en la vigilia.
Mi brazo se levanta sin esfuerzo
y flota sobre el agua de la noche.
Yo no sé si me mueven o me muevo
o si soy un espejo atormentado
que asesinó la imagen de su imagen.
Mi brazo se levanta sin esfuerzo
y flota sobre el agua de la noche.
Yo no sé si me mueven o me muevo
o si soy un espejo atormentado
que asesinó la imagen de su imagen.
No me quiero dormir. Estoy viviendo
ese desdoblamiento tan preciso
de solidez caída y suave fuga
en que soy lo que escapa y lo que queda.
ese desdoblamiento tan preciso
de solidez caída y suave fuga
en que soy lo que escapa y lo que queda.
Los
párpados
se
rinden.
Ya
no
miro.
párpados
se
rinden.
Ya
no
miro.
Soy un pez que en la nada está nadando.
Se derrama la sombra y me comprime.
En mi molde naufrago y me acomodo
como el agua en el vaso. Apenas oigo.
Mi pensamiento dice en pensamiento:
“Muerte mía, despiértame mañana”.
como el agua en el vaso. Apenas oigo.
Mi pensamiento dice en pensamiento:
“Muerte mía, despiértame mañana”.
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